16 de diciembre de 2011

Diplômèe

El propósito de este discurso no es que sea engorroso, ni aburrido, ni obsoleto, y aún menos mal decorado con frases de compromiso.
No es menester, aún en fechas festivas, atornillarse el traje y en nombre de lo pulcro, sostener una y otra vez penetraciones violentas con el cadáver de los recuerdos. Saqueándolos y violándolos de su tumba, con el mero y preciso objetivo de sustraer lagrimas, al publico expectante, por la imagen de los recuerdos profanados.
Sino mas bien tiene como fin evitar los aplausos por inercia y causar placer por el hecho de saber que se puede volcar en una hoja palabras sin recurrir a la necrofilia de los recuerdos.
Verse en este instante abandonado, dejándolo todo, dejando dada por la necesidad de afrontarse y conocerse fue de los parámetros de la escuela. El miedo a los mas chicos, el pánico a los mas grandes.
Prepararse en ser adulto, tarea imprecisa. Arraigarse al sistema laboral, tarea desafiante. Empezar todo, ser un chico MC y sostener la dignidad en el intento o materializar las ilusiones en la agenda cerebral.
Verse en este instante abandonado, dejándolo todo, dejando dada.
Toqueteemos el futuro, moldeemos el azar, aplastemos la desidia, vomitemos la verdad, cultivemos la rebeldía en las ideas, dejemos que nos muerdan los colmillos de toda una vida
y a modo de arenga usemos los cadavéricos recuerdos del colegio para abusar del futuro.


Natacha Mansilla, Lucas Botto.

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