31 de agosto de 2011

Unos pasos le crujieron a las espaldas y le levantaron la vista del libro que hacía horas la ataba, no sentirse sola en la vereda que tanto la hubo estado observando la incomodó. Había sido una hoja, un poco de viento, pero ya no era lo mismo. Se fué, pero solo era conciente de haberse ido del lugar donde leía, de la vereda, a media cuadra de una calle y a media cuadra de la otra. Las personas hablan y no dicen nada, ayudame a decirte lo que pienso. Eran tantas cosas la que le rebotaban dentro de la cabeza que solo podía escuchar eso, es un lindo dia no es verdad? las personas hablan y no dicen nada. Que odioso le era que la interrumpieran, que incomodo le resultaba escuchar, que imposible le parecía hablar.



23 de agosto de 2011

Paja

OK, tener un día de mierda es una cosa, pasarla mal por que se murió tu gato, por que chocaste con la bici, te compraste una pepa que no te pegó, te robaron la plata justo cuando estabas yendo a comprar ese cd de joy division, llegaste tarde y ya no habia mas fernet y quedaban solamente un par de palermos y media quilmes, ESO es un dia de mierda, Eso es motivo de suicidio temporal y depresion profunda por que ESO es que tu vida apeste como ninguna otra. Ahora, no pasarla ni bien, ni mal, es decir, que no pase NADA es la jodida muerte. Anelar el sufrimiento, mas no sea para sentir ALGO es, definitivamente, estar en problemas, y, por si fuera poco, a la vez, es no estar en NINGUN problema. ESTO, mi vida en este mismo puto instante es la nada de la nada misma llena y revalsante de NADA.
La muerte. Vos.

17 de agosto de 2011

Buena

El tigre estaba, agazapado y no lo veía nadie, nadie lo notó pero igual estaba. Adentro los niños jugaban a la guerra, el reloj marca la once, pero siempre es igual, siempre hace lo mismo, lo miro y las once, lo miro y las doce y así las tres. Todos estaban adentro, ahí, con ese aparto hipócrita que da la hora y te dice qué hacer y qué no hacer, que te mira fijo hasta que entra en tu subconsciente y te obliga a hacer las cosas que no querés, a levantarte a la mañana, a acostarte temprano y a salir o entrar, a ir o volver, a maullar o a ladrar según le conviene, estaban adentro mirando el reloj mientras los niños se batían en un duelo mortal con sables chinos y al mismo tiempo en otro cuarto de la casa un gato brillante tomaba el té cordialmente con un ratón que se había vestido en su mejor pilcha para mostrar su respeto y afecto por el gato que a merendar lo había invitado. Hora y lugar convenidos era donde se encontraban los dos por que el gato sabía, y al ratón le dio a conocer, que por ese espacio de tiempo y lugar la familia se reunía en otro sublime cuarto de la monstruosa mansión y pensaba en otras cosas que nada tuvieran que ver con amistades entre distintas clases sociales, mucho menos en animales de compañía o alcantarilla. Allí estaban los citados en su cita charlando plácidamente cuando una mucama los vio, notó que ninguno de los cuadrúpedos la sintió, notó que estaban muy ocupados y se maravilló de la tierna escena, a los niños fue a buscar enseguida para enseñarles la lección, de tolerancia y admisión, que tanto a ella habíanle inculcado, y los niños ruidosamente arrivaron, el gato sonrió a la mucama al ver su semblante de dulzura y admiración, pero fue entonces que se percató de la presencia de los niños, les observo las caras y sintiéndose, el gato, mas blanco de miedo que del blanco pelaje que su madre gata le dio, al verles los ojos celestes llenos de hirviente desaprobación se le llenaron los suyos de pavor y de uno solo el tarascón se devoro al ratón entero, con su chaqueta y su monóculo, entero al pobre, que el confiar lo perdió. Los niños volvieron a sus bárbaros juegos de niños de alta alcurnia y la mucama, inmóvil, vio como el gato se alejaba lenta y relajadamente hacia un magnifico cuarto de la hueca mansión, a otro que estuviese vació y sin tanto juicio que lo vuelva a distraer de sus banales e imprescindibles ocupaciones de gato de alta alcurnia.
El tigre estaba, agazapado y no lo veía nadie, yo tampoco lo quiero ver, prefiero que me tome por sorpresa.